4 cosas que aprendí de mis exnovios
- karenelenatejada

- 14 may 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 2 jun 2020
El rencor pesa mucho. He preferido agradecer el aprendizaje y seguir adelante.
1. Nunca es muy tarde (ni muy temprano) para terminar una relación que no funciona
A veces vemos nuestra relación sentimental como un proyecto, es decir, hemos invertido tanto tiempo y esfuerzo en ella, que pensamos que hay que seguir intentándolo. O tal vez estamos en el inicio de una relación y pensamos que al terminarla tan temprano estaríamos desperdiciando una oportunidad. “No me quisiera quedar con la duda, el what if”, nos decimos para convencernos de quedarnos ahí, aunque algo ande evidentemente mal. En ambos casos, mientras más tiempo nos quedemos ahí, más se desgastará nuestro ánimo y, con él, nuestra relación.
2. Química no es sinónimo de compatibilidad
¿Alguna vez te ha pasado que te llevas súper bien con una persona, sientes que hay química, pero al dar el siguiente paso las cosas no cuadran? La mejor forma que tengo de explicar esto, es que el hecho de tener química con alguien no equivale a que sean compatibles en una relación amorosa. Tal vez sean dos almas parecidas, pero no gemelas.
3. Seguir a tu corazón puede llevarte a quedar como la “mala de la película”, hazlo de todos modos
Cuando una relación no anda bien, casi siempre la intuición nos da una pista. Si sientes que es el momento de terminar, es muy probable que la otra persona no lo tome bien, a menos que se sienta igual que tú. También podría suceder que luego de que terminen, uno de los dos quiera una segunda oportunidad, mientras que el otro no. En ambos casos, lo ideal es seguir a tu corazón, aunque eso signifique “quedar como la mala”. Al final del día, lo importante es estar tranquila con la decisión que tomaste y asegurarte de que hayas hecho lo posible por concluir la relación respetuosamente. Puede ser que la otra persona no quede conforme, pero deberás hacer las paces con eso.
4. Nunca mires el tiempo invertido en una relación fallida como tiempo perdido
He aprendido a no arrepentirme de experiencias pasadas, porque en el momento, eso era justo lo que quería y lo viví a plenitud. Así que, en vez de lamentarte por haber “perdido el tiempo”, míralo como una experiencia que necesitabas para llegar a dónde estás ahora. Agradece el aprendizaje y sigue adelante.






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