El momento es ahora

Hoy más que nunca, me he dado cuenta de que la vida es efímera.

Foto por Malvestida Magazine / Unsplash

Una de mis series favoritas es Modern Family, por su manera tan jocosa de inyectar humor en situaciones cotidianas. Esta semana veía un capítulo donde Mitch y Cam, una de las parejas, trataban de ser más espontáneos, después de darse cuenta de que acostumbraban a guardar muchas cosas para la “ocasión perfecta”. Un buen vino, un caviar, la vela que sirvió como recuerdo de su boda... en fin, todos esos detalles estaban guardados esperando ese momento especial (que nunca llegaba).

Viendo esto, me puse a pensar en todas las cosas que yo también guardo. Zapatos, aretes, vestidos y otras prendas que, al verlas en el día a día, no se me ocurre ponérmelas porque estaría “desperdiciándolas” en un momento cotidiano y nada especial. También hay cosas que no son materiales, un “te quiero”, un “gracias”, un “perdóname”, engavetados por ahí hasta que se dé la oportunidad.

Terminé de ver ese episodio y fui a mi habitación a cambiarme para salir a hacer algunas diligencias. Mientras veía mi ropa en el clóset, me fijé en una camisa nueva que compré hace poco y no había tenido la oportunidad de estrenar, porque claro, con esta pandemia no es que hay muchas salidas. Ponérmela me causaba tanta ilusión, sin embargo, pensé “¿estrenar esta camisa tan linda en una diligencia?”. ¿Pero saben qué? Me la puse.

¿Por qué el cambio de opinión?

Porque, ahora más que nunca, me he dado cuenta de que la vida es efímera. Que no sabemos cuándo vendrá una pandemia, una guerra mundial o el día en el que nos tocará partir de este mundo.

Siempre he pensado que la frase “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” se refiere exclusivamente a responsabilidades y trabajo. Pero ¿qué tal si también la aplicamos con esos detalles que nos emocionan, pero no nos atrevemos a “estrenar” por estar en la espera?

Te tengo una noticia: el momento perfecto nunca va a llegar, porque no hay momentos perfectos.

La vida no es perfecta. Es impredecible. Pero eso es lo que la hace interesante, emocionante y valiosa.

Si estabas esperando para ponerte linda, hazlo. Si estabas esperando para llamar a un ser querido y expresarle lo mucho que lo aprecias, llama. Si estabas esperando por darte ese antojito que te gusta, dátelo.

Dejemos de esperar. El momento es ahora.